Aprender a dibujar, ó aprender a bordar como técnica puede llegar a pedir que copiemos el trabajo de una Maestra. El aprender copiando puede ser una técnica que nos lleve a explorar un mundo nuevo, e incluso a explorar a la artista de la cual aprendemos.
El sentarte a dibujar una escultura hecha por un famoso escultor, o el bordar el patrón de tu Maestra favorita, llega a ser una técnica de repetición con el fin de aprender. Con el fin de enseñar a tus manos y a tu cerebro a conocer nuevos movimientos, nuevas conexiones. Así llegamos a re-crear algo que ya existe, pero para la aprendiz es nuevo.
Es como si practicando, copiando, repitiendo, vamos dejando la huella del aprendizaje en nuestros bancos de sabidurías. Vamos dejando también sobre nuestros cuadernos o nuestras telas una huella de nuestro caminar, de nuestro crecimiento y aprendizaje.
La copia, como método de aprendizaje funciona. Lo importante es dar crédito al autor principal, o a la fuente de nuestra inspiración que nos presto su trabajo, tal vez sin saberlo, y darle su merecido lugar en nuestra historia y en nuestro trabajo.
Al igual, hay que darnos permiso a tomar riesgos, a copiar el dibujo que vimos, o a dibujar nuestra versión de la escultura que vemos diario en el parque. Darnos permiso a dejar huellas que nosotras mismas encontraremos y admiraremos algún día. Darnos valor para tomar ese riesgo tan rico de explorar técnicas nuevas que pueden llegar a hacernos simplemente sonreír.
Evelyn Herrera, haciendo uso de notas compartidas en clase, y de Mariana Garcia
La huella es parte de la autenticidad de la persona, es lo que nos hace únicas y en ello, se nos va la vida, gracias por hacerlo presente.
Ay, Eve que hago yo aquí, solo fue una sugerencia, me alegra haber podido complementar tu escrito. Aprdenamos de la copia, para encontrar nuestra propia voz en ella. Abrazo a la distancia.