Nadie entiende tanto a la muerte como los mexicanos, siempre hay algo que nos conecta de una manera importante y nos genera una visión distinta, un panorama optimista en el cual nos conectamos con aquellos que ya no están en este plano.
La limpia de huesos o Choo Ba'ak, es una tradición prehispánica que se realiza cada año en el poblado de Pomuch en Campeche. Tres años después del deceso de una persona, sus familiares retiran el esqueleto del cementerio para depositarlo en cajas/urnas adornadas. La limpia de huesos consiste en que un familiar designado retire el polvo de las osamentas y cambie el lienzo o la manta tradicional que adorna las cajas en las que los restos son depositados.
Esta celebración se realiza desde el 26 de octubre hasta el 2 de noviembre y se realiza previo al Hanal Pixán que en maya significa Día de Muertos, cuando llega el momento de trasladar los restos óseos al osario, el familiar con todo su amor y cariño desempolva y limpia hueso por hueso acomodándolos en un lienzo pintado o bordado a mano, el cual generalmente contiene figuras de ángeles, flores y el nombre del finado.
Finalmente se depositan en una caja de 30 x 60 cms llamada osario, ésta se adorna con flores y veladoras que iluminaran el camino del finado, quien será velado por sus familiares y esperará un año más para volver a ser visitado por sus seres queridos.
La vinculación que se genera a través del hilo y el corazón para elaborar un lienzo donde se depositan los restos de los fallecidos me parece un gran gesto de amor y respeto hacia los que ya no están, ya que ésta se debe de preparar con anticipación para poder cambiarla por la del año anterior; el bordar la ausencia ayuda a sobrellevar el duelo, a llorar y a sentir, a pedir y sanar las emociones generadas a raíz de la pérdida del ser querido.
Gimena nos ha enseñado que el bordado no solo pasa por las manos, sino por todo el cuerpo, con cada respiración, con cada silencio, con cada latido y cada pensamiento, por lo que concluyo firmemente que estos lienzos bordados son de manera personal para quien los realiza una especie de hechizo, un conjuro, para pedir por el alma del difunto, sanar viejos dolores y recordar muchos amores; son una manera de establecer una conexión con la vida eterna y de sanar el corazón a través de un lienzo, aguja e hilos, un bastidor y sobre todo, mucho amor.
Esta gran celebración donde los familiares comen, disfrutan tiempo juntos y cuentan historias de los que ya no están, es un ritual lleno de amor, respeto y se nutre a gracias al recuerdo; la muerte nos arrebató a los nuestros, sin embargo, Pomuch encontró la manera de seguir teniéndolos presentes.
Amo la manera en la que escribes y como pasas esas palabras al arte de bordar y cómo se ve reflejado al terminar ❤️
Que bonito relato
Muy ilustrativo y emotivo relato, súper adecuado para estas fechas. Besos 😘
Que buen relato! Gracias por compartirlo Lucía. A medida que indagamos, no encontramos con más y más tradiciones bordadas y personas bordadoras... en muchos casos esta práctica, como dices, vincula al cuerpo con el espíritu y, desde ahí, con otros más...