Loles, gracias por compartir ese recuerdo. Leer la canción me hizo pensar con qué inocencia las escuchábamos sin siquiera notar que lo que parecía un cuento, en realidad nos estaba educando.
Esta canción habla del rapto de la doncella, que era buena porque bordaba para la reina. La preocupación de ella era que no fuera un conde ni un príncipe, sino un marinero el raptor. Y todo temor se esfuma cuando se entera que será reina. Fuerte, no?
Me recordó, ya que hablamos de canciones que hablan de bordados, a la popular Arroz con Leche que en Argentina cantábamos así: Arroz con leche me quiero casar, con una señorita de San Nicolás. Que sepa tejer, que sepa bordar, que se sepa las tablas de multiplicar. Que sepa barrer, que sepa planchar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar. Con esta sí, con esta no, ¡Con esta señorita me caso yo!
Ese breve cantito nos decía todo lo que necesitábamos saber hacer para que alguien nos eligiera para casarse. Sin embargo, en estos nuevos tiempos, alguien modificó esa versión del "Arroz con Leche" y la volvió viral en redes, y la nueva letra dice:
«Arroz con leche, yo quiero encontrar a una compañera que quiera soñar. Que crea en sí misma y salga a luchar, por conquistar sus sueños de más libertad. Valiente sí, sumisa no. ¡Feliz, alegre y fuerte te quiero yo!».
Con esto, quiero decir que así como se pueden reescribir y resignificar las canciones de nuestra infancia, también podemos nosotras resignificar el bordado y otras labores que tanto han subestimado y relegado. Lo bueno es que ya lo estamos haciendo aquí, compartiendo y pensando juntas.