El bordado llegó a mí en momentos de incertidumbre y de mucha ansiedad ante lo que vivíamos en el mundo entero; entre el miedo constante a perder a alguien y una aparente calma al estar en casa. En días en los que iniciaba la confusión me traía al presente de una manera relajada, sin más pretensión que la de hacer un punto o dos, con los que pudiera bordar el muñequito que había robado de Pinterest y que saliera hermoso a mi vista.
Llegó a mi vida el taller de Astrobordado y trataba de entender la influencia de Júpiter, Urano, Neptuno y Plutón en mí, en mi entorno, mientras la vida se me complicaba un poco, el bordado me sacaba del shock de lo que sucedía a mi alrededor, de ese sentimiento de pérdida por el que creo que todos atravesamos en esos momentos; mientras yo me encontraba concentrada en mis puntos sin saber que esos hilos serian conectores en mi cabeza algún tiempo después.
El bordado se hizo presente en momentos donde mi mente me jugaba muy sucio, donde esos pensamientos intrusivos no salen fácil, donde te vas atrapando tu solo y me puso un alto, ya que me traía de regreso al aquí y ahora; de igual forma bordar me “acompaño a acompañar”, a hacerme consciente de lo que venía y poder ocuparme, me ayudó a meditar, a aceptar, a cerrar ciclos y poder despedirme de tantas situaciones y personas; siento que una especie de magia ocurre cuando bordas, te sueltas y conectas tu cuerpo, con tu mente y con tu espíritu, hay magia al enhebrar el hilo en la aguja, hay magia al pedir mientras bordas, hay magia al despedirse de los restos del hilo en el fuego; sé que todos tenemos diferentes maneras de conectar con aquello que nos hace regresar cuando nos perdemos, en mi caso el bordado es mi tierra, mi puerto, mi voz… como le quieran llamar.
Cuando entré a BAAD, la Maestra Gimena me dijo que estaba segura que estos dos años me harían estallar y que saldría de esta maestría siendo una persona completamente diferente ¡y vaya que lo han hecho! ¡Y vaya que he cambiado! Descubrí que los hilos y agujas no son solo para bordar dibujos de princesas, (los cuales amo de igual forma) sino que tengo una voz bordadora que está ahí, lista para hacerse escuchar, ¡sin miedo! Que a través del bordado conecto y salgo de los problemas abrumadores y a la vez también expreso lo que esas situaciones me hacen sentir, sin necesidad de usar palabras ya que todo está ahí en una imagen, que puedo soltar a través de una pieza bordada creada desde cero por mí, que puedo abrazarme y sentirme tan llena al observar una buena factura en mi trabajo, que conforme el conocimiento avanza mi cabeza explota en una fiesta de ideas y soltura de mi alma que se convierte en un ritual, a veces hermoso, a veces brutal e incómodo, a veces doloroso.
Sin duda el bordado ha sido una parte importante en esta batalla para recuperar mi salud mental, voy de la mano de la terapia, de una red segura de apoyo que también he encontrado en mis compañeras y en mis maestras, los duelos son como olas del mar, dicen que ningún mar en calma hizo experto a un marinero, mi mar me ha revolcado infinidad de ocasiones, a veces me he sentido que apenas y logro respirar; sin embargo yo encontré mi barco seguro en el bordado, en BAAD; sé que todavía falta lo mejor, el cierre de esta aventura que inicie con muchos nervios pero ya no tengo miedos, solo me queda fluir, conectar, sentir y dejar ir; sé que la única constante es la impermanencia, que me permite plasmarla en algo permanente que es el bordado.
¿Creen que el bordado ha impactado en su salud mental de alguna forma? Cuéntenme.
Felices y terapéuticos bordados brujiles!
Simplemente hermoso 💞
Me siento supeor orgullosa de tu Luci 🎀
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