Durante muchos años he buscado formas, métodos, rituales, rezos, mantras y demas, para ayudar a mi hijo a gestionar sus emociones.
El concepto del hilo de la calma lo escuche hace algunos años a una coach de meditación y el procedimiento consiste en atarse un hilo a la muñeca y cada vez que lo veas, debes detenerte un momento y respirar profundamente 3 veces.
Desde ese día, no solo mi hijo, sino también mi hija, mi pareja, algunos amigos que llegan en momentos rituales y por supuesto yo misma, tenemos un hilo atado en la muñeca y recientemente la moda del hilo en el tobillo se impone en casa.
El momento ritual sucede cuando estoy rematando un bordado o un tejido. El hilo sobrante se transforma entonces en hilo de la calma.
Que interesante anécdota. Creo la calma es fruto de sentirte protegida. Tengo la idea de que los hilos nos ayudan a entendernos. Yo hago nudos con los restos, los uno diciendo que ese pensamiento de luz, de calma... permanezca y voy haciendo una gran hebra. Para que? Aún debo descubrirlo!!