Durante todo este tiempo compartido en este foro, esa pregunta me ha rondado constantemente. Me he preguntado especialmente cuál podría ser la relación entre el TDAH, los hilos, las telas y las agujas.
Como bordadora neurodivergente, me convertí en el sujeto de mi propia investigación. Registré mis impresiones día a día, evitando sostener frases hechas sin respaldo experiencial. Así que puse manos a la obra… literalmente.
Me observé bordando y también alejándome todo lo posible de cualquier acto creativo textil. Anoté mis altibajos, y, para sorpresa de nadie, descubrí que mis fluctuaciones emocionales habituales se reflejan claramente en mi proceso textil.
Me hice la pregunta: ¿por qué bordo? Y, exasperada (especialmente con los plazos de entrega respirándome en la nuca), me pregunté también: ¿por qué NO bordo?
Spoiler: Aún no tengo respuestas definitivas a estas preguntas existenciales.
Pero sí sé para qué y cuándo bordo…
Bordo cuando…
Bordo cuando río.
Bordo cuando canto.
Bordo al amanecer.
Bordo cuando llueve.
Bordo cuando lloro.
Bordo en abismal silencio.
Bordo al caer la tarde.
Bordo bajo la eterna oscuridad de una noche sin luna.
Bordo para…
Bordo para unir mis “yo”.
Bordo para intentar conocerme.
Bordo para mí.
Bordo para atraerte.
Bordo para un “tú y yo” que aún no conozco.
Bordo para nosotros,
al calor de esta fogata de hilos entrelazados.
El bordado y el TDAH van de la mano. Todas las dimensiones de mi ser se reflejan en el acto de pasar el hilo por la tela. Si estoy en calma, los puntos fluyen. Si estoy angustiada, se tensan. El pánico nacido de mi injusta autoexigencia me bloquea. Pero cuando dejo de juzgarme y me entrego al acto creativo, me integro.
Mi humilde conclusión en clave humana es esta:
Sí, el bordado calma el alma.
Bello!!!. Bodo para escucharme!!
Que identificada que me encuentro con tus palabras!!! Me pasa lo mismo!
Entre otras muchas cosas, SIIII! , Calma el alma, le da el ritmo debido al corazón, lo acompasa con los puntos ejecutados .....
Muy lindo y original