Se cree que fue así, pero no siempre se ha querido contar así.
Estamos entre 1066 y 1077 en el Noroeste de Francia. Un grupo de doncellas, viudas, monjas y mujeres desamparadas bordando en un convento la que sería una de las piezas más importantes de la historia del textil, la que Napoleón y hasta Hitler codiciarían. Están de pie a la luz de las velas. Las bordadoras anochecen abrigadas por ovillos de lana teñida en cuatro tonos: rojo, amarillo, verde, azul.
Les han dicho que registren una historia de lo grandes que son los hombres y guerreros, el poder de la violencia, el “arte de la guerra”. Tienen 70 metros de largo de tela por 50 centímetros de alto para retratar con el pulso de sus agujas las conquistas normandas en Inglaterra bajo el mando de William, duque de Normandía.
Unas mujeres están al frente del llamado Tapiz de Bayeux (aunque no sea tapiz), y otras, están atrás, bordando al revés. Es la labor más grande que se haya registrado hasta ese momento. Entre ellas podría estar bordando la misma reina Matilde, esposa de Guillermo el conquistador.
Ellas crean sobre el lienzo como contando un cuento. La secuencia de 58 escenas es magistral. Aparte de las conquistas, también se preocupan por estampar las costumbres en la vida medieval. Hay 626 personajes, 505 animales entre realistas y fantásticos. Tal vez nunca sepan que son de las primeras artistas en hacer una novela gráfica. ¡Y además bordada!
Durante años dirán que tal obra no la pudieron hacer unas mujeres, que tenían que haber sido clérigos ilustrados en latín y en el fino arte de la aguja. Y cuando se dijo que las ilustraciones eran poco virtuosas, entonces sí, que sí fueron hechas por manos ‘débiles’.
Pero el detalle que podría demostrar que sí había una mirada femenina es la serie de denuncias, quizá pasadas por alto entre tanto hilo. Vemos apenas cuatro mujeres: Matilde llorando la muerte de su esposo; una joven siendo golpeada por alguien del clero; una madre rescatando a su hijo de un incendio provocado por las batallas; y una muchacha que huye, desnuda, del posible acoso de un hombre.
Mujeres bordadoras, cómplices, virtuosas crearon el lienzo bordado de Bayeux. Se cree que fue así, pero no siempre se ha querido contar así.
La historia muchas veces escondió lo maravillosas que son las mujeres, pero el fruto de sus manos, de su ingenio y emociones sobrepasaron el tiempo y el espacio.
¡Me encanta!