A mi parecer el papel del bordado en la salud mental no se encuentra en ser parte de la
cura si no en un medio donde puedes nutrirte, conocerte, escucharte.
Una de las tantas cosas que me gusta de bordar es que es una forma de compartir con
otras personas, no solo consejos sobre técnica, si no también el tiempo, ese tiempo bordando que corre
a pasos ligeros.
Bordar junto a otros es compañía acogedora
Atmósfera que se vuelve muelle
Muelle donde las mentes llegan a detenerse por el placer de crear
Donde se une la creación el silencio nutre a la inspiración
Silencio cómodo, donde las palabras se vuelven puntadas
Vaciando el aire y llenando los lienzos que en el futuro serán recuerdos de una tarde de
sabor dulce
El tiempo nunca es suficiente
Se crea al ritmo de agujas atravesando la tela hasta que el inevitable fin llega
El final es como salir de un trance colectivo, volver a la realidad pero con la mente más
ligera
Bordar en solitario es íntimo
Bordar en colectivo es nutritivo